Hay una Diana que se vuelve flecha
cuando cazar un sueño necesita.
Se adueña de la luz, se precipita
y abre en su propio pecho la honda brecha.
Sé que es al mismo tiempo tierra y vuelo,
que su arco se convierte en horizonte
si es un trino el que vaga por el monte;
pero vuelve a ser arma si se nubla el cielo.
Yo la he visto cazando los colores,
volviéndose ella misma lejanía,
buscando en los más íntimos temblores
en que muere la pieza su alegría.
Oh, Diana de la luz, cuántos dolores
alimentan el triunfo y la poesía.
Oh, Diana de la luz, cuántos dolores
alimentan el triunfo y la poesía.
Tenha acesso a benefícios exclusivos no App e no Site
Chega de anúncios
Badges exclusivas
Mais recursos no app do Afinador
Atendimento Prioritário
Aumente seu limite de lista
Ajude a produzir mais conteúdo